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jueves, 14 de agosto de 2014

Entrevista a Seth Riggs, entrenador vocal de MJ

Entrevista reciente a Seth Riggs, entrenador vocal de MJ

http://www.youtube.com/watch?v=o1JFR...layer_embedded

“Michael era un gran - como sabe todo el mundo - un artista fenomenal. Tenía una gran voz y podía llegar hasta las tres octavas y media, de hecho tres octavas y un do menor, y eso bailando 21 o 22 canciones y quizá un par de baladas... yo solía entrenar su vocalización tres veces al día estando de gira. […] Comencé a entrenarle hace 32 años... hace 32 años. […]

La primera vez que le vi... íbamos a la puerta principal y el carpintero dijo, ‘No, estamos colocando una escalera nueva’. Teníamos que subir al tejado. Le dije '¿Qué?', y tuvimos que subir al tejado y había una escalera, subimos por ella, […] y un par de escalones más arriba había una puerta. Entro por ella, llamo a la puerta y aquella voz dice, ‘¡Hola!”, le dijo, ‘¿Eres tú, Michael?’, ‘Si... pasa’. Así que entro y ahí estaba, cogiendo a un chimpancé y descalzo, y con un trapo le estaba limpiando el culo y poníendole un pañal. Así fue mi primera reuinión con Michael. […] En esa época le daba clase en su habitación, porque allí estaba muy cómodo, y tenía todos sus juguetes y cosas así por allí. Tenía... su habitación tenía dos pisos y había maniquíes, uno era una niña con un tú-tú y un niño con un smoking asomados desde la parte superior mirándole. Pinocho colgaba de la escalera desde el piso de arriba, y si le empujabas, se balanceaba de arriba a abajo. Y yo me ponía allí a vocalizar con Michael en el piano y el chimpancé golpeaba a Michael en el hombro y luego empujaba a Pinocho, que se movía de arriba a abajo, y luego me tocaba en el hombro y a Michael le parecía divertidísimo. Y así, nuestras lecciones estaban siempre acompañadas por animales entrando y saliendo.

Su corazón no le cabía en el pecho. Siempre que escuchaba a alguien que sufría, íba a rescatarle. Cuando un niño fue encerrado en una habitación por su padre y le prendió fuego - tuvo quemaduras muy serias - Michael se enteró de la noticia. Inmediatamente voló hasta allí y el chico estaba totalmente vendado en el hospital […] y su cabeza estaba totalmente vendada. Y el chico decía, ‘No se lo que voy a hacer', y Michael dijo, ‘No te preocupes... yo me ocuparé de ti el resto de tu vida.’ Y así lo hizo. Siempre tenía algo para ellos.

[…] Tengo muchos recuerdos de Michael. La mayoría tienen que ver con su corazón. Tenía un gran corazón. Iba a cualquier parte donde alguien tuviera un problema. Acudia y daba dinero para pagar lo que hiciese falta para seguir adelante con sus vidas… Y cuando aquel chaval, Ryan White, recibió la transfusión, su sangre era mala, y cogió el SIDA. También fue al entierro de un niño que se ahogó porque su madre lo arrojó al rio porque la había dejado su padre y no tenía forma de alimentarle, así que lo tiró al río, o donde fuera, desde un puente, y a su hermano pequeño también le tiró y luego se arrojó ella. Pero alguien se las arregló para salvar a la madre y al otro niño, pero el pequeño se ahogó. Michael leyó la noticia e, inmediatamente, se fue a Long Beach al funeral. Y el padre regresó […] y se enteró de la muerte de su hijo y alguien preguntó ‘¿Porqué no empieza el funeral?’ él dijo, ‘La persona que lo ha pagado todo no ha llegado todavía’. Justo entonces llegó una limusina, ¿y quién salió?... Michael… Y recuerdo que estábamos en Liverpool, y Michael leyó en la prensa que, como pasa de vez en cuando, un chaval fue criado por lobos, e immediatamente se puso a llorar y dijo ‘¡Es terrible!... Tenemos que hacer algo solidario para ese pequeño’…

¿Sabes?... Y la gente siempre intentó sacarle el dinero, fue acusado de abusos por un menor, y se acabó el juicio, y fue absuelto y después, el chico admitió que su padre le había metido en eso […]. Tengo que decir que aquello era mentira y poco después su padre se suicidó. Así que hay muchas cosas que la gente no comprende sobre Michael. Él jamás, jamás enfadaría a un niño de ninguna forma. Puede que les haya dado demasiadas palomitas, demasiado helado. En el rancho, había Häagen-Dazs por todas partes!... En el parking, en la granja, yo solía ir temprano sin desayunar, sólo para ir al surtidor de refrescos y desayunar una buena ración de Häagen-Dazs como desayuno.

Todos los años, solíamos ir todos los niños y los padres a Neverland Ranch. Los padres se acercaban a mi, yo estaba sentado viéndoles, porque yo ya había estado allí más y le conocía desde hacía mucho tiempo. Yo estaba con él cuando compró aquel lugar. Y venían a mi con lágrimas en los ojos y decían ‘¿Dónde nos has traído?’, y yo les decía, ‘Os he llevado hasta vuestra infancia al traeros a Neverland. De aquí es Peter Pan.’”


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